La desratización busca la ausencia de roedores en un entorno determinado, para conseguir este objetivo, integraremos variables como barreras físicas, adecuado manejo de mercaderías, barreras químicas y mecánicas, junto con un monitoreo permanente de puntos cebados, para verificar el buen resultado del servicio. Implementando así medidas preventivas, de erradicación y de control.
El manejo de variables de entorno, tales como una adecuada disposición de basuras, manejo de alimentos, aseo y orden dentro y fuera de las dependencias, así como la hermeticidad de estructuras, especialmente las destinadas a almacenamiento de alimento, acceso a agua y refugio de plagas, tienen un impacto muy significativo en las poblaciones a controlar, de tal forma que lograremos un entorno no deseado o no atrayente para este roedor El manejo de barreras químicas es en base a drogas anticoagulantes de primera o segunda generación.
El uso de cebos irá asociado con la manipulación de factores que limitan su reproducción y sobrevivencia de la plaga, el saneamiento como mecanismo de control, minimizando riesgo o daño al hombre y a los componentes de su medio ambiente.
Para tratamientos exteriores se contempla un cerco de exclusión perimetral, con dosificación tipo terreno minado con estaciones cebaderas ad hoc.
En estos programas solo se utilizan productos que tengan registros ISP, y clasificación de peligro 2, 3 y 4 según la OMS